Costurero experimental
Para este proyecto (2016) quisimos resignificar el costurero, tradicionalmente femenino y feminizado, como un espacio de cocreación, pensamiento, terapia y reflexión. Allí confluimos mujeres -y, en un par de ocasiones, hombres- de distintas edades y disciplinas para pensar qué otras articulaciones podíamos descubrir y construir entre el bordado artesanal, la tecnología y el pensamiento feminista. Además de conversar, exploramos las materialidades propias del bordado y de la tecnología y las pusimos a dialogar, a encontrarse y también a chocar. Este proyecto fue financiado por la Cooperación Suiza, y sirvió como lugar de incubación del proyecto «Costurero Viajero».